El bando panocho es lo que justifica la popular fiesta murciana del Bando de la Huerta, de ahí su nombre, ya que el origen de la misma se remonta a las Carnestolendas de 1851 con la irrupción en dichas fiestas de un cortejo de churubitos o señoritingos de la ciudad de familias pudientes que estudiaban en Madrid para mofarse y ridiculizar a los panochos o habitantes de la huerta. Los participantes, vestidos a la antigua usanza de la huerta, iban acompañados de carruajes, aperos y utensilios agrícolas.

Al frente de ellos sobresalía el perráneo (alcalde pedáneo), término inventado para la ocasión y más ofendedor imposible. Éste, en un alarde de mal gusto, soltaba una perolata en lenguaje panocho, de las supuestas y disparatadas peticiones que hacía a los poderes capitalinos, en representación de una población básicamente de arrendadores pobres con muchas carencias. Los güertanos eran tratados de patanes, analfabetos y groseros, como habitantes de un submundo.

Esta manifestación para reírse y mofarse de los huertanos, aunque parezca mentira, ha proseguido hasta nuestros días en donde por citar un ejemplo, las profesiones expresadas de los perráneos en el bando son algo así como: capaores de grillos, cazaores de tijeretas, escapullaores de monos y otros por el estilo. Y como el perráneo es una persona por supuesto analfabeta (animal de alalfa) que no sabe leer ni escribir dita el bando a su rabo o subalterno y lo enrubrica o firma con la güella de su dedo.

Hace poco tiempo, un autor premiado en el concurso de bandos, que al mismo tiempo era el organizador, ¡viva la imparcialidad y el juego limpio!, manifestaba públicamente en una lectura de bandos que su obtención del primer premio se debía sin duda alguna a la descripción que hacía de un huertano cagando en un bancal y limpiándose el culo con un tormo, pues según su propio testimonio aquello era de una gracia insuperable. Como se dice vulgarmente, ¡pa mear y no echar gota!

La organización de los bandos panochos ha estado siempre en manos del dinosáurico cacique de turno, que como alguno ha dicho y escrito solamente le mueve el interés del dinero del premio. ¡Qué vergüenza!

Pero como estamos en fiestas y la ocasión es propicia, he aquí el fragmento de un bando. ¡Que lo disfruten!

¡Agua, agua, agua…!

Dimpués de las votaúras

vaya follón con el agua

ca uno con su cartelico

su letrero y su poclama:

AGUA PA TÓS, er primero,

el que más moja y recala,

esturriao por toas partes,

puesto en munchas fachadas

artobuses y comercios

campos de júrbol y vallas.

AGUA PA TÓS Y PA TÓ

y tresvases a ultranza,

sobra cuarquier comentario

ya veremos lo que pasa.

TÓS POR EL AGUA,

/ pos venga,

y por si anguno fartaba

se queó preñá la burra

y dista parió la yaya.

AGUA PA LOS GOLFOS,

/ ¡coñe!,

otros más en la subasta,

una custión de pelotas

bujeros y´un piazo estaca.

Tamién AGUA PA

/ LOS PATOS,

gallinetas, garzas, ranas,

un mensaje ecologista

pa un mundo d´esperanza.

Y AGUA PA LOS PESCAOS,

pos sigún la gente maña

que se vaya el agua al mar

antes que en Murcia usal.la.

CON EL AGUA DE TÓS,

/ ¡pijo!,

tertulo de aquel pogama

que s´esfisó por la tele

remaniente a los caparras

que se apoderan de to

y se forran con el agua.

EL AGUA ES DE DIOS,

/ verdá

que sentenció er santo Papa

allá en el Vaticano

e jorma rotunda y clara

ante angunos cardenales

veníos de toa España.

Tamién AGUA PA

/ LOS TRIGOS

copla que los campos cantan

pa que llueva, pa que llueva,

que nus hace muncha farta.

¡Me cache en la mar serena,

que borrachera de agua!

Qué zarangollo de letras,

vaya casca que te casca

mareando la perdiz

y ni una sed de agua,

¡sí que lo tenemos claro,

la Virgen de la Juensanta!


Diario La Opinión de Murcia TRIBUNA  en Restrospectiva